jueves, 24 de julio de 2008

Señales

Sabia que estaba saliendo terriblemente tarde.

Pero me dije que tenía que salir igual.

Así que eche mano a la cartera.

Pero me dejaba en el camino la mitad de las cosas esenciales por las cuales salía.

Sin contar lo esencial de elementos personales como ser las gafas.

Que también dejaba atrás en el afán de partir.

Zaz.

Salí y tuve que volver encima de que era terriblemente tarde.

Este asunto de no tener presente la plata nunca.

Subí de nuevo, baje de nuevo. Ya. Perdido por perdido.

Que si que no, me bajo en Once y prendo un cigarrillo.

Aún cuando el tramo hasta el tren es bien corto y no da tiempo alguno.

Me la paso debatiendo sobre este tema en particular todo el tiempo.

Incluso si estoy pensando en otra cosa mientras viajo.

Estoy contemplando que momento me permite apaciguar el ansia fumadora mitigando los espacios no fumador.

A la final termine pegando una vuelta absurda para entrar por Pueyrredon bien al pedo.

Pero el cigarrillo lo prendí.

Así que no sé para que tanto debate interno.

Pensaba lo buenísimo de ir y venir todo el tiempo por Once.

Le terminas tomando cariño a la fauna endemoniada del sitio.

Y, de mientras debatía que si que no, las ocupaciones necesarias, para despuntar y salir del mal paso. Como siempre, una vez más se me ocurrió que debía de adquirir algo deportivo como para re lanzar la campaña de las caminatas en el parque (jamás se me cruzo la campaña “corriendo” en el parque) y entre que hacia la cola para sacar el ticket veo delante mío a dos niñitos con sombreritos de animalitos! Y me digo… “pucha! Que casualidad!” yo pensando en todos los últimos sucesos y el que si que no, los comentarios de Lula en cuanto a la palabra “cochina” esta mañana y se me aparecen estos niñitos con los sombreritos que tanto fascinan a mi hermana y a ella. (** Puta madre, unos con una maldita quena irrumpen en el vagón. Si no es un tipo con un grabador al hombro a puro y furioso reggeaton, son estos con charango y quena. Comienzo a odiar el tren efectivamente**). Retomando… colgué con los sombreritos y la coincidencia y que capaz era alguna señal. A veces ocurre que le emboco el rotulo “señales” a todo. Y dentro del estado risueño en que me aproximaba a la formación de vagoncitos que salía primero en el andén uno, me veo enroscada en una pelotera de gente que iba de subida y de bajada. Y un pelotudo que me pega tremendo “hombrazo” en seco. Injustificado. Adrede. Me saca del letargo, medio que me genera espanto la agresión gratuita y descarada a la Richard Ashcroft en el video de Bittersweet Symphony. Quede en un estado de alarma absoluta.

Ya pasó Floresta. Ni sé si llego a tiempo. Ojalá mis chicas amigas de catastro me aguarden un toque. Todo bien con esto de que soy así “etérea” y un “encanto”… pero seguimos haciendo agua. SI. Hoy vuelvo a plantearme con un dejo de seriedad, el cronograma de caminatas en el parque. EL PARQUE TIENE DUEÑO. Y SOY YO!! En este asunto de mear territorios y hacerlos propios. El otro día sirvió encontrar por sorpresa My Favorite Things de la Novicia Rebelde… de Andrews, perdida en el mp3. Que alegrón! Re daba correr por el parque imaginándose en la pradera con el vestidito de franela… hermoso.

Nota al Pie: CONSTE que para sumar señales, esto fue escrito antes de las 12 pm. Caete de culo. Y que cuando me aprestaba a dejar de escribir subió en Liniers una cantidad de gente entre tullidos, embarazadas y mujeres con niños, y tuve que seguir escribiendo para justificar mi asiento. Me siento una mierda haciéndolo público. En fin. Dios y la Patria me lo demanden.

EL HIMNO ENERGIZANTE DE HOY: http://www.youtube.com/watch?v=w8ie_yzQzDw&feature=related

(…)

Well I never pray
But tonight I'm on my knees yeah
I need to hear some sounds that recognize the pain in me, yeah

(…)


(And goes To: my Rose)

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