25 de octubre
He sido admitida en el equipo de básquet y debería haber visto el moretón que me hice en el hombro izquierdo. Azul y caoba, con pequeñas vetas anaranjadas. Julia Pendleton trató de entrar y no la aceptaron. ¡Hurra!
¡Ya ve usted qué alma mezquina la mía!
El colegio se está poniendo cada vez mejor. Me gustan las chicas, los maestros, las clases, los parques y la comida. Nos dan helado dos veces por semana y nunca, nunca, pastel de maíz.
Usted quería que le escribiera una vez por mes, ¿no es así? ¡Y aquí me tiene, acribillándolo a cartas cada tres o cuatro días! Pero estoy tan emocionada con tantas novedades y aventuras, que tengo por fuerza que hablar con alguien y usted es la única persona que conozco. Por favor, perdóneme si me exalto. Ya me voy a serenar dentro de muy poco. Si mis cartas lo aburren, siempre le queda el recurso de tirarlas al cesto de papeles.
Le prometo que no le voy a escribir otra carta hasta mediados de noviembre.
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