martes, 23 de septiembre de 2008

Que grande esta tarjeta.

Me acordé de las carteras de Sofi Martiré…

Con esto de que estoy pasando listas de modas…

Por alguna razón que desconozco tuve a Jacke, eh…

Todo el día en la cabeza. Que tremendo.

Y esta cosa fea, el muchacho Ravioli Juan canta la ausencia.

Y me enculo de manera tal (antes de q Ravioli Juan cante)

De que tampoco puedo quitarme de la cabeza la linea:

“no quiero que tenga la foto con mi perro”

“no quiero que tenga la foto con mi perro”

“no quiero que tenga la foto con mi perro”

“no quiero que tenga la foto con mi perro”

“no quiero que tenga la foto con mi perro”

Me siento una criatura.

Por que nos hacemos mala sangre por lo inevitable?

Que días raros estos.

Agotamiento. Absoluto.

Y esa inmundicia que draguea.

Parece que lo termina por hacer a propósito.

Y en el medio de tanta cosa tremenda.

No entiendo como es posible no avanzar.

No superar.


En otro orden del día, esa piba quilombera.

Ahora resulta que mantenemos reuniones…

Mientras aguardamos el turno del pre-quirúrgico.

Y salimos convencidas de que te morís ahí adentro.

El Pre es solo una herramienta legal, lava manos.

Lo más increíble de todo creo que es el asunto.

Que necesidad le surgió de hacerse los pechos.

Siempre te sale con una nueva.

La próxima ya ni me imagino q se va a insertar.

Ni a donde es que vamos a trasladar la meeting.

Me quedó retumbando la frase:

“en esta casa NADIE se enferma”.

Con carácter de orden imperativa.

Como es posible controlar la salud de los demás?

Yu con la clavícula rota en pedacitos.

Mi hija no se puede quebrar.

“Señora, no podrá… pero está”.

Que lindo trío me arme ahora que pienso….


Y bueno… me encuentro con toda una teoría de la relatividad hace un rato… que incluye una línea como esta:

“Habría que averiguar que tienen los “buenos” que hace a los “malos” generar tal sentimiento… o al revés.”

Justamente eso…. Son BUENOS. Y al final del día…. Siempre es más fácil ser malo que bueno. El malo envidia. No tiene la fortaleza de espíritu para llevar adelante lo que si el bueno se propone y consigue. Es inseguro. No confía en si mismo. Pero como no solo no cree en si y no va a por lo que quiere, se toma el trabajo de joderle la vida al que si lo hace.

Los malos me dan lastima.

Y ahora me voy a dar un baño y seguir con mis propias miserias.


Gracias.

El otro día me cruce a Juan Carlos “que grande esta tarjeta” Mesa.

Y a quien carajo le importa.

La bolivianita minúscula del sábado, me ha dejado tremenda marca.

Y a quien carajo le importa.

No quiero que tenga el derecho de tener en la foto a mi perro.

Hijo de puta.

A lo mejor, prefiero creer que mañana el mundo apesta un poco menos.

1 comentario:

mario daniel dijo...

y si si

termine poniendo el disco de Ravioli de Ricota

si porque lo tengo, lo compré.
que alto ese Ravioli che