Mensaje de la Santísima Virgen María
el día 21 de Agosto, de 2004.
(Mensaje privado con orden a hacerse público.)
"DEBÉIS DAR A CONOCER MIS MENSAJES"
La Madre: La Paz del Señor es contigo, hijo mío.
La Madre: Ave María Purísima.
La Madre:
Hijo mío, es importante que todos presten atención a mis palabras y que no dejen que escape nada a su entendimiento, el entendimiento del alma. Los hombres están retando a Dios a un juego suicida donde ellos tienen todas las de perder:
"Es necesario que no permitáis que los hombres jueguen a ser Dios." Porque la ofensa es muy grave, y Dios no se quedará de brazos cruzados ante tal osadía. Y hará ver al hombre la furia y el poder que ellos nunca podrán mostrar al ser seres insignificantes en un mundo donde se creen dueños de nada que les toca o conocen.
Son capaces de pretender que pueden crear al hombre a su antojo, como si ellos pudieran dar alma al molde creado. ¡Qué ignorancia hay en tu mundo! ¡Se cansan de ser hombres y juegan a ser Dios!
También, hijo mío, dejan que el libertinaje alcance las familias y no son capaces de ver con claridad todos los avisos y consejos que desde lo más alto les estamos dando.
Nadie está exento de responsabilidad, pues quien mas y quien menos ha oído de Nosotros y de todo lo que concierne a la moral espiritual y enérgica, que debe reinar en los seres que se quieren acercar a Dios.
No atesoréis mis mensajes y cuidad su difusión, pues hay quien por orgullo personal distribuye sin ningún orden y a su antojo, haciendo que la obra de los que van delante se desmorone y su paso sea más lento y mucho más difícil.
Es tan poco lo que Dios os pide, y es tanto lo que espera de vosotros que el amor que derrama hacia vuestros seres se ve despreciado por la lujuria que tenéis a este mundo. "Debéis de dar a conocer mis mensajes en otras partes del mundo sin miedo, sin temores, pues yo acudo a vuestras llamadas sin temor ninguno y de la misma forma quiero ser correspondida."
Cuando una Madre habla de sus hijos, lo hace con orgullo y con un amor imponente; de esa misma manera quiero que vosotros habléis de vuestros Padres celestiales, y que nunca sintáis vergüenza por habernos conocido o por estar cerca de Nosotros.
Muchos de mis hijos creen estar muy cerca de Nosotros, pero están muy lejos y no agradan a Dios en nada de lo que pretenden, porque les falta fe y amor, mucho amor. "Se acercan momentos muy críticos a la Tierra, momentos en los que los hombres podrán ver la Ira de Dios de cerca, fenómenos inexplicables a la comprensión humana".
Y sobre todo un ataque descomunal y violento que el enemigo de Dios, Satanás, desplegará sin piedad sobre los hombres. Será entonces, hijo mío, cuando los hombres tendrán que buscar de verdad a los Guerreros de Dios, que estarán inmersos en la lucha y que sólo escucharán la voz y la plegaria que viene de Dios. Esto no quiere decir que vayan a ser despreciados, esto quiere decir que ellos despreciaron los avisos, los consejos.
Oportunidades en la vida del hombre hay pocas, al menos eso es lo que ellos dicen, hijo mío. Sed conscientes de todo lo que os quiero decir, y no os quedéis en escuchar: cumplid hijos míos, cumplid.
No dejéis que el Brazo de Dios Padre caiga al mundo por vuestras actuaciones y decisiones; cumplid, y no es una petición, es un consejo y una orden de Madre a hijos.
Lo que queda de año y el siguiente serán claros los designios, y los hombres desecharán totalmente a Dios de sus vidas, más de lo que ahora lo hacen; ese será el principio de un nuevo final, hijo mío. No dejes que comercien con mis mensajes; el que quiera que se ponga a tu entrega, y el que no ya sufrirá sus consecuencias. Que la paz del Señor, quede contigo. Ave María Purísima.
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