jueves, 23 de octubre de 2008

Tren (historias)

Paso que iba hacia Villa Ballester.

Camine hasta la estación Belgrano “sonriente” R.

Me subí al tren sonriente José León Suarez.

Así con actitud de voy siempre a Ballester. Si.

En una de estas se suben unos…

Y ZAZ.

Ya los vi. desde mi asiento la puta madre.

Muchacho (¿?) chica (¿?) y 3 criaturitas.

Y la puta madre de nuevo.

La chica (¿?) subió con la criatura más grande de la mano.

Puso una pata sobre el tren y la alzó.

Seguidamente encaro al tipo al lado mío, le pide el asiento.

Con esa nariz en alto que te miran siempre.

Mi presión subía y subía.

La criatura pobrecita me toqueteaba,

Intentando llamar mi atención bien friendly.

No pude escapar más, y al verla… más indignación.

Y una vez más la puta madre.

Pienso, claro en la puta de Eva.

Que porque no vendió sus tapados a tiempo…

Y pago algo de educación para el proletariado.

Porque en vez de tanta asistencia social, no los educo.



Justo en estos días de debates de moralidad…

ESO no era moral. Era una violación de derechos.

No es culpa de la piba a lo mejor…

Porque no es más que un producto ventajero.

Es lo que mamo.

Seguramente su infancia fue similar.

Llena de mocos, piojos y costras de mugre.

Pero en ese momento me pareció culpa de todos.

A veces se puede torcer el destino.

Se puede bañar a una criatura en cualquier sitio.

Y a lo mejor ocurre y no puedo contrastarlo.

Dado que sobreponerse implica asimilarse al resto.

Pero no es justo.

TRES criaturas al precio de una.

TRES.

En iguales condiciones inhumanas.

Su destino en manos Ignorantes, sin códigos ni criterio.

Que de trazar una línea lógica de continuidad,

las empujaran a mendigar en tiempo más.

Y sabemos el resto de la historia.



Que injusto es todo.

Tan injusto.

Ballester.

Me paré y bajé.

Rebuznando.

La piba me relojeo con un dejo medio raro.

A lo mejor como avergonzada.

No con esa nariz en alto que te miran siempre.

Así que de última me conforme con pensar…

Que al menos no alimente su resentimiento…

Su motor de excusas…

A lo mejor solo fue mi imaginación.

Como siempre.

Pero con la nariz en alto a mi no me miró.

Que ni se atreva… traer chicos así al mundo.

Hijos de puta.

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